María Mackern es la andinista mendocina que ostenta una marca especial que por estos días la brasileña Fernanda Maciel se apresta a batir: subir y bajar el Aconcagua en el día. María es médica pediatra y es además esposa de Carlos Tejerina, un reconocido guía de montaña  y formador de andinistas, con una vasta trayectoria. Y le contó a Aconcagua Online su gran experiencia.

Desde los 16 años María recorre y sube montañas. A los 18 ingresó a la Facultad de Medicina en la UNCuyo y también al Programa Universitario de Andinismo CUDA. “La montaña me apasionaba. Comencé a lograr cumbres y montañas cada vez más complejas”. Tanto que cumplió sus 19 años bajando de su primera cumbre de Aconcagua.

El posterior matrimonio, los hijos y la profesión la alejaron un poco de las montañas. Pero encontró la solución: Subir cerros en el día para a la noche estar con la familia. “Empecé a entrenar más fuerte. En 2000 Carlos me propuso asccender el Aconcagua en el día. Hasta entonces no se conocían datos de que alguien lo hubiera hecho en el día”.

El proyecto lo iniciaron con dos alumnos más del grupo de la UNCuyo, entidad que apoyó la iniciativa. Fue un durísimo entrenamiento físico y mental.

El 25 de enero de 2001 comenzó la expedición, al mismo tiempo que el grupo de alumnos de Tejerina.

El entrenamiento en el Parque fue tan fuerte que uno de los compañeros desistió y quedaron María y Rubén Barrera en la línea de largada.

“El 3 de febrero bajamos a Penitentes. El 6 al atardecer Carlos, que ya estaba en Nido de Cóndores, nos dijo que al otro día había ventana. A las 20 en punto del 6 de febrero, el Jefe de Guardaparques Pablo Perelló en Horcones cronometró nuestra salida”.

El equipamiento en aquella época era muy inferior al actual y no existía la tecnología de hoy. “Comíamos 2 ó 3 pasas de uva cada media hora y tomábamos jugo Tang de la cantimplora” grafica María.

En el viejo campamento de Confluencia un Guardaparques los esperó con té y alrededor de las 23 cruzaban Playa Ancha rumbo a Plaza de Mulas.

En Mulas descansaron 45 minutos y arrancaron hacia Cambio de Pendiente: “Allí mi compañero me pidió que siguiera a mi ritmo. En Nido de Cóndores los dos tomamos la decisión de que yo siguiera y él quedó allí. Fue un momento de mucha angustia”. Eran las 6 de la mañana y con las primeras luces, para no equivocar la huella, María retomó el desafío en total soledad.

“Llegué a Berlin a las 7. Allí me dicen que Carlos con el grupo del CUDA iban rumbo a Independencia y eso me alentó mucho. A los pocos metros escucho el particular silbido de Carlos y eso me hizo adquirir ritmo y los alcancé”.

En lugar de continuar a toda marcha con su ritmo, María prefirió subir con ellos: “Iban a hacer cumbre por primera vez”. Ya eran las 9 y había muy buen tiempo.

Al pie de la Canaleta, Carlos insiste en que se adelante. Pero en el Filo del Guanaco, con la cima al alcance, esperó a la gente y todos juntos hicieron cumbre. “Fue un momento sublime, nos abrazamos y lloramos”. A los 6.962 metros encontraron al guía Laky Gómez, y él con su handy avisó que el objetivo estaba logrado y constatado.

En el descenso, María también decidió bajar con el grupo, por si había algún inconveniente y pudiera ayudar y ser útil en la complicada bajada.

Recién en Independencia se separó un poco, pero en Berlín volvió a esperarlos. Al constatar que todos estaban bien, bajó sola definitivamente a Mulas, donde llegó a las 16.

“Mi alegría mayor fue llegar a la cumbre en el día, para mí fue mi objetivo logrado. Por eso no quise bajar a Horcones o Inca sino que me quedé a esperar al grupo para bajar todos juntos”.

María Mackern es la primera mujer que subió y bajó el Aconcagua en el día, y hasta ahora la única. Esta temporada la gran atleta brasileña Fernanda Maciel intentará romper su récord. Desde Aconcagua Online consideramos una obligación reconocer y recordar el valor y mérito de la hazaña de María.