Plaza de Mulas, la ciudad de los sueños de cumbre
La urbe más alta del mundo
Por: Jorge Federico Gómez

La ciudad de tela. La urbe más alta del mundo. La Torre de Babel de carpas. El campamento base Plaza de Mulas en el Parque Aconcagua, a 4.260 m.s.n.m. sobre la ruta normal es una muy especial población de alta montaña que cobra vida cada temporada donde conviven personas de los rincones más exóticos del planeta.

La denominada Plaza de Mulas inferior es utilizada solamente por personal militar. La Nueva Plaza de Mulas, en la siguiente morena hacia el norte, es el mundialmente conocido campamento base, el más importante del Coloso de piedra.

Las condiciones y características de Plaza de Mulas son bien conocidas. Un emplazamiento con buen acceso al agua protegido por grandes rocas donde instalar las carpas, acceso relativamente simple por una senda bien marcada y transitada por montañistas y mulas, unos 30 kilómetros desde la entrada del Parque y cerca de 1.500 metros de desnivel que se pueden hacer en dos jornadas, con descanso en Confluencia.

En Plaza de Mulas se permanece por algunos días hasta lograr una buena aclimatación, se pueden ascender las cumbres de cerros vecinos de más de 5.000 metros y conocer el magnífico glaciar Horcones Superior.

Pero el verdadero encanto de la empinada urbe de carpas es simplemente vivirla. Transcurrir algunos días en su ambiente climáticamente tan extremo, logísticamente tan mínimo en recursos, y socialmente tan exuberante.

Tan sólo circular al atardecer por entre las carpas particulares y los comedores de las empresas prestadoras de servicios puede resultar toda una experiencia. Conversaciones en ruso, italiano o japonés suelen ser habituales, así como en algunos otros idiomas casi imposibles de identificar. Los titánicos esfuerzos por comunicarse en inglés -un muy particular inglés-, entre un mendocino y un holandés, o entre un brasileño y un ucraniano puede resultar una vivencia muy divertida.

Pero el espíritu montañés que exacerba el Aconcagua todo lo puede. Y lo que no puede ese espíritu lo logra alguna guitarra bien templada, un improvisado coro de altura o un tibio vino tinto compartido, o algún otro néctar.

“He vivido en Plaza de Mulas como guía y como patrulla de rescate. Es una vida interesante, atractiva, muy diferente, es como vivir hace 100 años atrás, con lo mínimo, todo es lo mínimo. En cierta forma es una vida sencilla, dependés de la hora de sol, normalmente en la mañana por ejemplo esperás que pegue el sol en la carpa para levantarte. Es una vida linda” rememora Carlos Tejerina un reconocido guía mendocino de dilatada trayectoria en Aconcagua y en las altas cumbres de todo el mundo.

Plaza de Mulas es base central para el cuerpo médico, guardaparques y patrulla de rescate del Parque Aconcagua. Es campamento principal en la ruta más transitada hacia la cumbre y centro logístico más importante para quienes buscan ese objetivo. Privados, estatales, servidores públicos, empresarios, turistas, andinistas, guías, arrieros y porteadores, todos confluyen en Plaza de Mulas y conviven en una extraña armonía para lograr objetivos trascendentales.

Sean todos bienvenidos a Plaza de Mulas, la sorprendente ciudad de carpas donde, al decir de Tejerina, “el ambiente de montaña hace que las personas instintivamente sean más comunicativas, y donde sacan lo mejor… o a veces lo peor de sí mismos”.

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