Caminó desde el Pacífico a la cumbre de Aconcagua
Es japonés y tiene 28 años. Es su cuarta Seven Summit, siempre caminando desde el nivel del mar hasta la cima.
Por: Jorge Federico Gómez

Su nombre es Satoki Yoshida. Nació en Japón hace 28 años, y desde pequeño frecuentó la montaña y la nieve, en su tierra natal.
A los 25 se fue a subir el Kilimanjaro (5.895 m, Tanzania) y esa experiencia fue para él una bisagra en su vida.
Por ese tiempo trabajaba en una empresa en Singapur y tenía una novia con la cual planeaba casarse y para lo cual había ahorrado un buen dinero.
Pero rompió con la chica y el casamiento, obviamente, se suspendió. Se encontró solo, en un país extranjero y con ahorros…
No lo pensó mucho. Pidió el traslado a las oficinas de Japón de la compañía, y conoció por Internet la historia de Tim Macartney-Snape, el primer australiano en hacer cumbre en el Everest (8.848 m, Nepal/Tibet) en 1984. Cuando Tim regresó a su país luego de su logro, sus amigos bromearon que en realidad había subido la mitad, teniendo en cuenta la altura desde la aproximación y campo base. “Es verdad” pensó Tim.
6 años después comenzó a caminar en la costa del océano Índico, en el golfo de Bengala, recorrió unos 1000 kilómetros y llegó nuevamente a la cima del Everest. Esta vez lo había subido completo. 
La mayor sorpresa de Satoki cuando leyó la historia fue la fecha de la segunda cumbre de Tim: 11 de mayo de 1990… ese mismo día él estaba naciendo en Japón. “Es casi mágico, es una señal” se dijo. Decidió que iba a usar sus ahorros para subir las Seven Summits, y siempre desde el nivel del mar, en un proyecto al que llamó Sea to Seven Summits. 
Así fue dando forma a la iniciativa. Comenzó en septiembre pasado justamente en Australia, en el Kosciuszko (2228 m), la cima mayor de Oceanía. En octubre desde el mar Caspio llegó al techo de Europa, el Elbrus (5.642 m, Rusia). Y en noviembre volvió a subir el Kilimanjaro, pero esta vez desde el nivel del mar.
Con todos los ahorros consumidos, emprendió una campaña de financiamiento en la modalidad crowdfunding, con la que recaudó 10.000 dólares. 
Así fue como este mes de febrero Sayoki Yoshida vino a Mendoza, obtuvo su permiso de cumbre y se fue a Valparaíso. Desde allí comenzó a caminar rumbo a Aconcagua, la montaña más alta de América, y segunda Seven Summit más elevada. Fueron 220 kilómetros, 10 días de caminata (con 3 parado por lesionarse su tobillo) y 11 días dentro del Parque, con cumbre por la ruta normal y porteando todo su equipo.
Ahora piensa encarar una segunda campaña de donaciones, y espera que se concreten algunas promesas de marcas de ropa y equipo de montaña de Japón que se interesaron en su proyecto. Así entonces podrá acometer en mayo el complejo Denali (6.194 m, Alaska, EEUU), luego el más alto, el Everest, y para coronar el proyecto el recóndito e inhóspito Macizo Vinson (4.897 m, Antártida).
“Para mí el proyecto Sea to Summit significa por un lado la interacción con la gente local y con la naturaleza. Y por el otro una combinación del componente horizontal, la caminata, y vertical, el ascenso”, definió el joven japonés en Mendoza en diálogo con Aconcagua Online, a punto de tomar su vuelo rumbo a casa.

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