El legado de la vida, acequias mendocinas
Una ciudad-desierto refleja en sus calles la creatividad y el ingenio del hombre
Por: Paula Berro

 

Una ciudad-desierto refleja en sus calles la creatividad y el ingenio del hombre que hizo frente a una de las mayores adversidades de la naturaleza. Con sus 500 años de historia, las acequias mendocinas le ganaron a la sequía y sembraron vida en nuestra árida tierra.

Esta vez te dejo elegir a vos si lo hacés antes o después de tu expedición al Aconcagua, pero lo cierto es que no podés dejar de conocer nuestra inigualable ciudad de Mendoza. Al pie de la Cordillera de Los Andes se esconde una ciudad llamativa ante los ojos de los miles de turistas que llegan año tras año. Si todavía no la visitaste, descubrí con nosotros qué es lo que la hace tan distinta a las demás.

Mendoza, la tierra del sol y del buen vino, es una provincia ubicada en el centro-oeste de la Argentina y una de las características que siempre marcó su identidad es su clima semiárido con altas temperaturas y contadas lluvias durante todo el año. A lo largo de toda su historia los habitantes del suelo mendocino se vieron obligados a hacer frente a uno de los peores males de la naturaleza: la sequía.

Antes de que llegaran los españoles en el siglo XV, una de las tribus aborígenes que habitaban nuestro territorio, los Huarpes, desarrollaron una innovadora red de riego artificial para poder cultivar las tierras desérticas y asegurar el bienestar de sus comunidades con agua potable. Dicen algunas leyendas que los Incas que llegaron a Mendoza también dejaron su huella perfeccionando este ingenioso sistema que hasta el día de hoy sigue funcionando.

Aprovechando los recursos que la madre tierra les regalaba, los Huarpes lograron contrarrestar la aridez del suelo valiéndose de los inmensos caudales de agua que, gracias a los deshielos, caían desde las montañas. Así fue que crearon grandes canales para encauzar hasta el llano estas aguas nacidas en el corazón de Los Andes, dando origen a las primitivas acequias mendocinas. Con años de trabajo, el gran entramado de acequias se fue sofisticando hasta llegar a ser tal como lo ves hoy, cubriendo todas las calles de la ciudad para alimentar la creciente arboleda callejera que tiñe de verde todo nuestro paisaje urbano.

Si bien existen muchas ciudades que exhiben sus canales, Mendoza es el único lugar del mundo en el que más de 500 km de acequias no sólo visten sus calles formando un escenario que realmente atrapará tu atención sino que además, después de 500 años de historia, siguen siendo el sistema de riego que da vida a nuestra frondosa vegetación. Las acequias no son sólo un curioso y creativo invento sino que forman parte esencial de nuestro patrimonio cultural, son un legado que nos identifica y llena de orgullo.

Un paseo por las anchas veredas de la ciudad de Mendoza te bastará para conocer esta combinación perfecta entre acequias y árboles que son un reflejo fiel del esfuerzo del hombre por lograr su supervivencia. Sólo un consejo es importante tener en cuenta a la hora de recorrer nuestra ciudad… al cruzar la calle no olvides mirar hacia abajo porque un solo paso fuera de lugar puede dejarte empapado dentro de la acequia… buena suerte!!!

DEBUG
Notas relacionadas:
AOLAOLAOLAOL