Esperan rescatar a la sanrafaelina varada en el monte Logan en Canadá
Natalia Martínez permanece sola y en buena condición en un campamento a 3.670 m. Grandes temblores devastaron el camino a la cumbre.
Por: Jorge Federico Gómez

La montañista sanrafaelina Natalia Martínez Marín se encuentra en buen estado y a la espera de ser rescatada o bajar por sus propios medios tras quedar varada en un campamento de altura cuando intentaba en solitario llegar a la cumbre del monte Logan (5.959 m), el más alto de Canadá y segundo más elevado de América del Norte.

La mendocina, experta andinista, instructora de esquí y guía de montaña, no pudo lograr su objetivo debido a dos inusualmente grandes movimientos sísmicos que se produjeron en la madrugada del 1 de mayo, aproximadamente a 215 km de distancia, de magnitudes 6,2 y 6,3 respectivamente y muy superficiales, el primero a tan sólo 2,2 km de profundidad.

Los efectos de los cataclismos en la montaña fueron muy importantes, prácticamente devastando la ruta a la cumbre por lo que tuvo que abandonar la iniciativa. Por otro lado, las fuertes tormentas con viento y nieve que se producen por estos momentos no le permiten bajar a sitios más bajos y seguros, o ser rescatada eventualmente por helicóptero.

El pronóstico indica que la tormenta se mantendrá al menos hasta este jueves por la tarde, dando paso paulatinamente a mejores condiciones hasta desaparecer el viernes. En ese momento Natalia evaluará si existen condiciones de seguridad para “desescalar” rapelando hasta la base del filo donde se encuentra, o bien si será necesario requerir los servicios de helicóptero para ser evacuada.

Según relatan sus allegados que lograron comunicarse con ella, Natalia despertó en la mañana de los temblores “con un estruendo terrible y sintiendo cómo el glaciar bajo ella se movía. Al salir vio enormes avalanchas de seracs que cayeron en las cercanías. El episodio se repitió un par de horas más tarde”. De todos modos el sitio que eligió para armar su campamento era seguro y no sufrió daños ni inconvenientes mayores, más allá del grandísimo susto.

Natalia en ese momento bajó su campamento hacia terreno más protegido, nuevamente en el filo que lleva a la cumbre, a 3.670 metros y completamente a salvo de caída de material en caso de producirse réplicas.

Martínez, de 37 años, tiene vasta experiencia en montaña y es especialista en cuestiones relacionadas con la seguridad de una expedición. Ella soportó el momento crítico en un campamento bien situado, luego lo trasladó en búsqueda de mayor seguridad aún, y afronta en buenas condiciones el final de la tormenta justificando la pesada carga que subió con gran esfuerzo con más de 12 días de comida y combustible.

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