Ya hay energía solar disponible en el Parque Aconcagua
Es un proyecto de la UTN que involucra paneles solares para alimentar una planta de tratamiento de efluentes y de potabilización de agua
Por: Jorge Federico Gómez

Una buena iniciativa tendiente a evitar que los andinistas en Aconcagua porteen su propia agua, con el peso que significa, ni que dependan de la situación climática para alumbrarse con luz de luna o estrellas, o sufran por la durabilidad de las pilas de linternas, llevó a cabo esta temporada la Regional Mendoza de la Universidad Tecnológica Nacional que culminó con la instalación de paneles solares en el campamento Confluencia.

Estos paneles alimentan una planta de tratamiento de efluentes cloacales y de mejoramiento de la calidad de agua para consumo (que suele provocar por ejemplo diarrea), y brindarán energía para comunicaciones satelitales, potencia motriz y carga de baterías recargables.

Con el soporte de la Unidad de Vinculación Tecnológica FRM, dependencia que asesora en financiamiento para investigación, el proyecto se remonta a 2009 cuando alumnos e investigadores repararon en las precarias condiciones en las cuales se vertían los efluentes  en el Parque Aconcagua.

En 2011 el proyecto fue seleccionado por el Programa de Proyectos Federales de Innovación Productiva PFIP 2009-1 de la Nación con una asignación de $ 500.000.

La primera etapa involucró mediciones y análisis de las condiciones físicoquímicas y biológicas de las aguas desde Confluencia aguas abajo y la medición de los recursos renovables disponibles como radiación solar, viento y saltos de agua, según explicó uno de los investigadores, Ing. Humberto Vinante.

Luego se instaló la planta potabilizadora de agua por ósmosis inversa accionada por energía solar de 1Kw de potencia fotovoltaica.

Y la tercera etapa consiste  en la instalación durante la campaña próxima de una planta de tratamiento de efluentes diseñada para operar con oscilaciones de temperatura de entre -2º a 40º, lo cual requiere diseñar reactores biológicos isotérmicos con sistemas auxiliares de calefacción, aireación y aislación.

En aquellas alturas el agua provoca diarrea por excesiva concentración de sulfato de magnesio (de 137 a 140 mg). Como solución se diseñó una planta de tratamiento anaeróbico, pero debió modificarse. “En altura el sistema inmunológico humano está deprimido y un tratamiento anaeróbico con un cultivo de microorganismos sería un riesgo no aceptable, por ello se cambia a un proceso aeróbico: una planta de agua destilada por ósmosis inversa que le quita las sales evita, la dosifica y le realiza cloración quedando apta para su consumo”, dijo el Ing. Eugenio Fisicaro, responsable de la calidad del agua.

El armado de instrumental, plantas y equipos auxiliares lo hicieron alumnos voluntarios que debieron realizar entrenamiento físico para el ascenso y luego el montaje de equipos y puesta en funcionamiento, todo en un mismo día.

El sábado 11 de febrero de 2017, a las 5 AM, un grupo partió desde Mendoza y llegó a las 10 a Horcones, y a Confluencia a las 13. Descanso, aclimatación, montaje de la estación de medición de radiación solar y viento, puesta a tierra, conexión de instrumentos al data logger y puesta en funcionamiento; todo debía hacerse en 5 horas. A las 7 AM llegó un helicóptero que trajo más equipos para montaje de la planta de agua e instalación de la cisterna de 2700 litros.

Otro grupo montó los paneles solares, cableó y colocó los tableros, instaló baterías e inverter, hizo pruebas, dejó la planta de energía solar off grid y las plantas de agua operando, todo en 8 horas.

A las 15:45 del domingo 12 de febrero la planta de agua 1 empezó a funcionar accionada por la energía solar desde los paneles recién instalados.

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