El artista que transforma un viejo tronco en una escultura
Mendoza no deja de sorprender en cada esquina. Un añoso eucaliptus de la Plaza Independencia se convierte en una obra de arte.
Por: Jorge Federico Gómez

Federico Arcidiácono es un joven artista plástico mendocino de 36 años. Desde 2009 viene convocando a talladores de troncos con motosierras en la provincia, emergentes y profesionales, para tallar en distintos lugares de Mendoza troncos viejos o caídos que los municipios cortan por distintas razones.

Actualmente llama la atención de mendocinos y turistas el trabajo que lleva adelante sobre un viejo ecualiptus histórico en la esquina de Chile y Rivadavia, en la plaza Independencia, que la Municipalidad debió cortar por la presencia de un hongo que lo convertía en un peligro. “Ahí presenté un proyecto para recuperarlo a través de una obra de arte” dice el artista que trabaja en su talla desde agosto, y ya está en la recta final para inaugurarlo esta semana.

La figura es un adolescente con sus bazos apoyados sobre un cuenco semicircular de 1,20 metros, que va a llevar flores en su interior. El joven está en una actitud de saludo, de ofrenda hacia las plantas.

La talla es de una sola pieza, directa. El autor comenzó la tarea con motosierras para desbastar el grueso y luego el fino con herramientas como gubias y formones, en la etapa final más manual. Colocó además resina de poliéster, un plástico líquido en la parte interior del cuenco para que aísle la humedad de la tierra cuando se pongan las flores.

“La gente se para a cada rato, les llama mucho la atención” reconoce Arcidiácono entre contento y sorprendido. “Esto se hace en todo el mundo. Hay provincias que lo realizan hace muchos años. Yo en 2009 empecé a gestionar y en 2011 hice mi primera talla en Plaza Independencia”.

Federico convoco permanentemente a tallistas  de la provincia y a través de un encuentro periódico de esta especialidad se han ido formado nuevos artistas, quienes no tallaban a nivel profesional y a partir de la iniciativa han podido comprar motosierras, herramientas y dedicarse más de lleno al arte.

“Esto es lo más visible -agrega en diálogo con Aconcagua Online-, pero lo más importante es el rescate de nuestro patrimonio, la concientización hacia el arbolado público, la historia de Mendoza que sin árboles no existiríamos. Esto es un desierto, la madera está siempre al lado de todo, del crecimiento, somos la ciudad del árbol”.

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